No sé si les ha pasado, pero en ocasiones las amistades se convierten en familia, en ocasiones hay amistades que se encuentran ligadas de tal manera que parecieran una pareja. Les ha pasado que en ocasiones uno siente que es uno el que siempre debe tener el tiempo, que debe tener la solución, que debe tener la sonrisa y el oído para todos los problemas. ¿Les ha pasado? Si tu respuesta es un rotundo y fuerte SI; déjame decirte que quizás no estés equivocado o equivocada, pero lo más probable es que tu amistad o amistades piensen lo mismo o algo muy similar a lo que estas sintiendo. Sin embargo es lógico y es de comprenderse ya que son familia, una pareja de amigos y como toda familia y pareja se sufre de cambios y así como la vida se tiene sus altas y bajas tal y como la montaña rusa. En una ocasión le oí decir a un novio mío que en muchas de las ocasiones las amistades son de tal o cual período, es decir, son de la secundaria o de la prepa, de la Universidad y después de que ese preciso período termina, ahí termina, pero no lo creo. La amistad no se detiene ahí; máximo si no es lo que quieres. Creo que de eso se trata, de querer y aceptar que las amistades se transforman. Quizás el objetivo es encontrar el común denominador. Yo por ejemplo debo aceptar que ya estaba empezando a ser de ese grupo que siente que se esta divorciando poco a poco de sus amistades, pero eso es tirar la toalla, es empolvar los buenos momentos que he compartido al lado de esta persona. Sé que tengo amigos y amigas, pero muchas veces me encuentro llamándolos colegas, pero existen unos cuantos que simplemente no les puedo quitar la etiqueta, el adjetivo, el verbo, el sustantivo de amistad. Confieso, resulta difícil, pero no todos podemos ser Rachel, Ross, Joey, Chandler, Mónica, Phoebe ¿verdad? Yo tengo a mi amigocha, mi amiga del alma, mi hermana, mi media naranja nacida en paquete de mujer. No sé realmente como empezó todo, pero eso somos desde la secundaria. ültimamente he sentido que la estoy perdiendo, no sé ni que es de su vida, sólo sé que hay un estresante trabajo de por medio, un marido, el vivir en la casa de sus suegros y lo último que ella sabe de mi es que me encontraba buscando empleo. La extraño, extraño nuestras llamadas quincenales, pero la verdad que ni sé su horario y me resulta incómodo hablar a la casa de sus suegros; no debiera ser así, pero de ese modo me siento. Por otro lado, el universo siempre juega bien sus hilos y recuerdo nuestros viejos tiempos de inicio de amistad en nuestra Ciudad Natal, San Luis Potosí. Y eso es lo que realmente cuenta, sólo debo intentar y hallar la manera que ese sentimiento de entonces hacerlo nacer en este presente nuestro, o, ¿ustedes qué opinan?